A las tropas principales de la Casa Bolton, que son sus lanceros, se les instruye sin excepción siguiendo la doctrina de combate propia de esa Casa que busca provocar el miedo y el pánico entre las filas enemigas en todo momento. Debido a ello, aunque su armadura no es gruesa ni cuentan con armamento pesado, no dejan de ser una unidad temible en el campo de batalla. Es más, sus yelmos y escudos tienen multitud de pinchos cuyo propósito, más que servir como una tosca ventaja en combate, es infundir miedo en las filas enemigas a medida que cae sobre ellas oleada tras oleada de horrores erizados de púas.
A las tropas principales de la Casa Bolton, que son sus lanceros, se les instruye sin excepción siguiendo la doctrina de combate propia de esa Casa que busca provocar el miedo y el pánico entre las filas enemigas en todo momento. Debido a ello, aunque su armadura no es gruesa ni cuentan con armamento pesado, no dejan de ser una unidad temible en el campo de batalla. Es más, sus yelmos y escudos tienen multitud de pinchos cuyo propósito, más que servir como una tosca ventaja en combate, es infundir miedo en las filas enemigas a medida que cae sobre ellas oleada tras oleada de horrores erizados de púas. Además, a estos lanceros se les adiestra para dirigir sus golpes a aquellos puntos de sus enemigos donde les puedan infligir heridas terribles, pero no mortales. De esta forma, dejan tras la batalla a multitud de prisioneros para que su Casa pueda darse con ellos a sus crueles aficiones.
CONTENIDO 12 miniaturas: 1 Abanderado de los Lanceros de Fuerte Terror, 11 Lanceros de Fuerte Terror, 1 carta de unidad Combatiente, 1 bandeja de movimiento.
A las tropas principales de la Casa Bolton, que son sus lanceros, se les instruye sin excepción siguiendo la doctrina de combate propia de esa Casa que busca provocar el miedo y el pánico entre las filas enemigas en todo momento. Debido a ello, aunque su armadura no es gruesa ni cuentan con armamento pesado, no dejan de ser una unidad temible en el campo de batalla. Es más, sus yelmos y escudos tienen multitud de pinchos cuyo propósito, más que servir como una tosca ventaja en combate, es infundir miedo en las filas enemigas a medida que cae sobre ellas oleada tras oleada de horrores erizados de púas.
