¡Yo soy el jefe! tiene a todos los jugadores tratando de llegar a un acuerdo. Se pueden hacer hasta quince tratos a lo largo del juego, pero cada jugador no puede ser parte de cada trato... ¡así que que comiencen las negociaciones y la DIVERSIÓN! Cada jugador que forme parte de un trato exitoso recibirá una determinada cantidad de dinero. La cantidad de dinero que ganan depende del trato acordado entre los jugadores y el jefe para esa ronda. Las complicaciones surgen a medida que cada jugador usa sus cartas de acción para descarrilar las negociaciones, insertarse en un trato, asumir el papel de jefe y, de otra manera, arruinar el flujo fluido de la negociación que otros jugadores esperaban lograr. La acción es animada y no tiene guión, ¡así que haz el mejor trato que puedas!
¡Yo soy el jefe! tiene a todos los jugadores tratando de llegar a un acuerdo. Se pueden hacer hasta quince tratos a lo largo del juego, pero cada jugador no puede ser parte de cada trato... ¡así que que comiencen las negociaciones y la DIVERSIÓN! Cada jugador que forme parte de un trato exitoso recibirá una determinada cantidad de dinero. La cantidad de dinero que ganan depende del trato acordado entre los jugadores y el jefe para esa ronda. Las complicaciones surgen a medida que cada jugador usa sus cartas de acción para descarrilar las negociaciones, insertarse en un trato, asumir el papel de jefe y, de otra manera, arruinar el flujo fluido de la negociación que otros jugadores esperaban lograr. La acción es animada y no tiene guión, ¡así que haz el mejor trato que puedas! Una vez que se han realizado nueve tratos, se tira un dado después de cada trato posterior para determinar si el juego termina (y las probabilidades aumentan cada vez). La victoria es para quien tenga el mayor bankroll